S&P en la industria

Industria Bancaria de México es estable.

Nuestra tendencia de riesgo económico en la Evaluación de Riesgo País de la Industria Bancaria de México (BICRA) es estable.

Esto se debe a que aunque esperamos que las débiles condiciones económicas persistan en 2021, no esperamos que las métricas de calidad de los activos (incluidos los activos improductivos [NPA] y las pérdidas crediticias) y prevemos que la rentabilidad seguirá siendo adecuada(a pesar de unos tipos de interés más bajos y unos requisitos de reservas potencialmente más altos), basándose en las estrategias de crecimiento conservadoras de los bancos y en las prácticas de préstamo y las prácticas de préstamo de los bancos.

El actual nivel de riesgo económico ya capta un posible deterioro de estas métricas.

Sin embargo, seguiremos atentos a un posible empeoramiento de la trayectoria de los bancos mexicanos de la calidad de los activos y de la rentabilidad de los bancos mexicanos, que si se sitúa significativamente por encima de nuestras expectativas en los próximos 12-18 meses, podría llevarnos a revisar la tendencia de riesgo económico del BICRA de México a negativa desde estable.

El sistema bancario mexicano se beneficia de su marco institucional que está en línea con los estándares internacionales. Esto permite que los niveles de capitalización, financiamiento y liquidez de la industria se mantengan sólidos.

No obstante, aún vemos espacio para mejoras. Por ejemplo, creemos que el regulador bancario se beneficiaría de una cobertura más amplia del sistema financiero y de una supervisión más estricta de las instituciones financieras no bancarias (IFNB), incluidas las que no sólo emiten deuda en el mercado nacional, junto con un enfoque en la prevención del fraude.

El sistema bancario mexicano sigue estando altamente concentrado, y las barreras de entrada son altas. Esperamos que una dinámica competitiva saludable siga siendo una característica clave del sector bancario mexicano.

La fuerte contracción económica elevaría este año la deuda de las administraciones públicas de México a cerca del 50% del producto interior bruto (PIB) desde el 42% del año pasado, según S&P.

La perspectiva S&P mantuvo a México en negativo, argumentando que una probable débil recuperación económica y las tensas finanzas de la empresa nacional Petróleos Mexicanos (Pemex) significaban que existía el riesgo de una rebaja en los próximos 12-18 meses.

Se espera que la segunda economía de América Latina se contraiga en torno al 9% en 2021, y entró en la pandemia ya en una leve recesión, arrastrada en parte por la preocupación de los inversores por algunas de las decisiones políticas de López Obrador.

Característica clave de la industria bancaria de México.

Si bien la competencia de las nuevas empresas de tecnología financiera podría presionar la rentabilidad de instituciones financieras existentes, esperamos ver una relación de colaboración entre los bancos comerciales y las empresas fintech de fintech en lugar de una rivalidad.

Los bancos mexicanos se financian principalmente a través de bases de depósitos “pegajosas” (es decir, de alta retención de clientes) y de depósitos fragmentados. Esto ha permitido a los bancos ofrecer una rentabilidad sólida, a pesar de que los tipos de interés siguen siendo altos.

El mercado de capital de deuda nacional también seguirá mejorando la flexibilidad financiera del sistema bancario

La tendencia del riesgo de la industria mexicana se mantiene estable. Creemos que la industria bancaria mexicana se beneficia de su larga
de la aplicación de normas reguladoras internacionales y de una prudente supervisión, así como de una sana dinámica competitiva.
de una dinámica competitiva sana.

Sin embargo, si la salida de personal experimentado del regulador bancario -debido a la nueva de la ley de austeridad del nuevo gobierno, debilita la calidad de la supervisión, o provoca retrasos significativos en la adopción de nuevas prácticas internacionales, como la Ley Financiera Internacional, como las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), lo que indica posibles problemas de gobernanza y transparencia de gobernanza y transparencia, podría afectar a nuestra evaluación del marco institucional.

Si el marco regulatorio bancario se relaja, se traduciría en un mayor riesgo para el sector.

Si la administración decide adoptar tales prácticas o si la independencia del banco central disminuye, podríamos revisar la puntuación de riesgo de la industria de BICRA a una categoría más débil, debilitando potencialmente el riesgo nacional. Categoría más débil, lo que podría debilitar la solvencia de las entidades financieras nacionales.

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